Es muy fácil hacer que un niño se convierta en tirano. Sólo hay que seguir una pauta: consentírselo todo.
El origen es la ausencia de límites educativos y de figuras que representen una mínima autoridad. Esto suele pasar en el caso de:
* Padres que temen ser firmes por malas experiencias durante su propia educación familiar.
* Abuelos u otras personas(familiares, canguros) responsables de la educación del niño, pues mantienen una actitud más laxa a la hora de establecer una disciplina.
* Padres que consideran al niño "especial". Puede ser el caso de: un hijo muy deseado; un hijo único al que se dan connotaciones de exclusividad y fragilidad; un hijo adoptado que ha costado mucho tener; un hijo que ha sobrevivido tras la muerte de un hermano; un niño prodigio a un niño diagnosticado como "problemático" (muy inteligente, hipersensible, con deficiencias físicas o psíquicas).
Las características más comunes del niño tirano son:
_ Es muy caprichoso.
_ Molesta a los demás pero no soporta que le molesten a él.
_ Muestra baja tolerancia a la frustración.
_ Es egocéntrico, egoísta y tiene necesidad de llamar la atención.
_ Exige sus derechos, pero no le importan los de los demás.
_ Sabe atemorizar a los padres mediante pataletas (si es pequeño) y amenaza con fugarse o autolesionarse (si es mayor).
_ Hace que los padres se sientan culpables mediante quejas de no ser querido lo suficiente.
_ Grita y gime cuando quiere algo, con el consabido: "¡Todos lo tienen menos yo!"
La tiranía del niño es una conducta aprendida y mantenida por los padres, que, sin saberlo, lo han entrenado para la desobediencia.
Los niños necesitan límites para no ser tiranos y, sobre todo, para sentirse seguros y amados.
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