La inteligencia para la vida es determinante en el ser humano y aunque el sentido común nos lo ha venido recordando siempre, hasta que las investigaciones no dan carta de naturaleza a la experiencia, no terminamos de convencernos de la importancia que tiene la manera en que abordamos los problemas; la actitud positiva, cercana, sincera y natural que hace posible que, ante un mismo hecho grave, unas personas salen reforzadas y revitalizadas y otras enferman y quedan marcadas,
La inteligencia para la vida guarda correlación directa con la inteligencia emocional en la que, según afirman todas las investigaciones llevadas a cabo en los últimos años, las actitudes suponen un 85% del éxito en lo que nos propongamos. Suelen hablar de las 7 "eses" que conforman el carácter de una persona bien dotada de inteligencia para la vida:
- Saludable, porque en su aspecto físico se percibe el cuidado de su salud física, haciendo ejercicio, alimentándose de manera racional y en lo mental, cuida que los pensamientos sean gratificantes, positivos y de esperanza.
- Sereno, con equilibrio y paz interior, sin extremismos, buscando el sosiego del espíritu, practicando incluso diariamente la relajación física y mental y la meditación para mantenerse siempre en el término medio de la virtud.
- Sincero, en la búsqueda de la verdad y del bien; auténtico pero humilde porque sabe que nadie puede apropiarse la verdad absoluta. Tenemos nuestra verdad, pero los demás también tienen su verdad.
- Sencillo, porque la naturalidad y la espontaneidad que son cualidades que nos enriquecen y preparan para la comunicarnos bien con los demás, si van acompañadas de la humildad, nos convierten en personas mucho más humanas y capaces de ofrecer lo mejor de nosotros mismos.
- Simpático, significa ser capaz de mantener el buen humor, tener buen carácter, mostrarse sociable y acogedor y por supuesto no perder jamás el sentido del humor por mal que estén las cosas.
- Sinérgico, disponible, capaz de arrimar el hombro, cooperar con los demás, prestar ayuda y unir fuerzas y voluntades.
- Servicial, diligente, generoso, solidario y capaz de no abandonar al necesitado.
La felicidad, como el éxito, no dependen tanto de nuestro cociente intelectual, cuanto de las habilidades y destrezas sociales que acabamos de ofrecer. La serenidad, la calma, el sentido del humor y la alegría de vivir, deben acompañarnos de por vida.
Bernabé Tierno
(psicólogo y escritor)
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